miércoles, 19 de noviembre de 2008


Antes de empezar a decir,

diré que suenan desde ayer,

los sonajeros que dejaste colgando

de mi celda en este cuerpo.
Y no he dormido desde entonces escuchando

cascabeles o caballos

en remolino de risa alzada.

Sentir trepar por la nuca el aliento suspendido en el aire.

Que ya no es porque ha sido,

que ya no es . . .

Que ya no es porque ha sido,

que ya no es . . .

No hay comentarios: